Alojamientos para estancias largas en Mont Valier

Pongo 5 estrellas porque no se pueden poner más. La Maison Prats era justo lo que buscabamos: una casa perdida en medio de la montaña pero con todas las comodidades que se puedan necesitar. Es una casa espectacular, con vista panorámica a la montaña y con la posibilidad de ver las estrellas desde la cama. Los anfitriones François y Astrid están siempre disponibles para cualquier cosa que puedas necesitar: a nosotros nos contestaban al momento, increíble. Los dos hacen todo lo posible para que te sientas como en casa aunque siempre están ofreciéndote la máxima intimidad y solo están allí si los necesitas. Recomiendo disfrutar de una cena cocinada por Astrid: supera todas las expectativas, a nosotros nos dejó encantados. Y François siempre sabrá encontrar el vino que más te guste para acompañar la velada. Si tenéis tiempo, disfrutad de un masaje hecho por Astrid, esta mujer es puro talento. Ha sido una escapada perfecta, lujo combinado con tranquilidad, muy difícil de encontrar.

Es un pequeño paraíso con excelentes vistas, pudimos disfrutar de la pequeña terraza y la casa tan cómoda, solo agregaría unas escaleras para entrar en la casa porque el acceso es complicado sobre todo si el piso está mojado y estabas cargado, pero la increíble casa y la súper amigable Regina, definitivamente volveríamos! ¡Muchas gracias!

Delphine es una anfitriona preocupada por las necesidades y el bienestar de las personas que recibe. La comunicación entre nosotros fue natural durante toda la estancia. Aprecié especialmente la información proporcionada antes y durante la estancia sobre las tiendas, el mercado, las actividades, etc. de cada ciudad de los alrededores. Si busca recargar las pilas con la naturaleza y los animales, estará en el lugar adecuado para hacerlo. En cuanto a la caravana, es pequeña pero funcional. Dormí bien allí. Fue un placer despertarse escuchando el canto de los pájaros y mirando por la ventana, los caballos en la pradera.

Excelente bienvenida por parte de Marie Christine y Pierre, en una aldea tranquila y silenciosa. El sol nos acompañó durante toda nuestra estancia, las indicaciones de Marie Christine para varios paseos fueron muy útiles... y, la guinda del pastel, la croustade de bienvenida hecha por nuestra encantadora anfitriona estaba deliciosa. Una estancia muy agradable y vecinos encantadores.